08 noviembre 2012

Impresiones eslovacas en transporte público


Cuando viajamos siempre nos quedamos con pequeños detalles que sirven para improvisar teorías sobre el destino, en muchos casos absolutamente descabelladas. Éstas son algunos de los desvaríos sobre Eslovaquia. También contamos nuestra experiencia con el transporte público.

Banska Stiavnica, la localidad que más nos gustó de Eslovaquia con bastante diferencia.

Cuentan las guías de viaje que Eslovaquia es más rural, religiosa y tradicional que su vecina Chequia. No sabemos cómo se las gastará la muchachada checa (en otro viaje será), pero de los eslovacos constatamos su pasión por la naturaleza (a la que dedicamos un post entero), descubrimos una geografía salpicada por infinidad de pueblitos (casi la mitad de su población vive en núcleos rurales), y damos fe de su fervor religioso.

La iglesia de Bardejov preside su imponente plaza, más allá no hay nada

El gusto por las sotanas lo corroboramos con algún ejemplo especialmente llamativo. Sábado por la noche, iglesia repleta y multitud de jóvenes entre la clientela. ¿Algún pueblo de la Eslovaquia profunda? Negativo, se trataba de la capital, Bratislava. Ciertamente, no soy capaz de imaginar esta escena en una gran ciudad de nuestra católica España. En poblaciones más pequeñas corroboramos que las iglesias eslovacas (¿todavía?) no han sufrido la desbandada y cuentan con una fiel infantería. De hecho, nos daba reparo ‘turistear’ entre tanto recogimiento.

La Garganta de Dunajec, en el Parque Nacional de los Pieninis, se suele recorrer en balsa.

Más allá de su religiosidad y la afición por el senderismo, comprobamos que el eslovaco no gasta saliva en balde, es gente de palabra justa y gesto serio. Tampoco son aficionados a regalar sonrisas. Imaginamos que hacer un casting del club de la comedia eslovaco sería muuuuuuuy complicado. También sería difícil, en este caso por exceso de candidatas, conceder un ‘premio limón’ a la taquillera de tren más desagradable. ¡¡¡Cuánta hostilidad!!!

Las rutas de los 'Altos Tatras' están saturadas de senderistas, ávidos de naturaleza.

En nuestra retina queda la imagen de pueblo sobrio y eficaz, riguroso, grisáceo quizás, y contenido en sus emociones. Con un reciente pasado de férrea disciplina comunista, inevitablemente conjeturamos explicaciones sobre su idiosincrasia, estableciendo posibles causas y efectos. Antropología viajera de barra de bar, demasiadas conclusiones en poco tiempo. Habrá que tomarse otra y continuar con la ‘cervezada de campo’. Cualquier sacrificio es poco para saciar la sed… también la de conocimiento.

Transporte público
Se puede llegar a casi todos los lugares de Eslovaquia en transporte público, sólo se requiere tiempo, cierta planificación, un poco de suerte y mucha paciencia. Resulta imprescindible consultar los horarios previamente, que varían incluso en los días laborables y que se reducen considerablemente los fines de semana (en especial, los domingos). Nosotros planteamos antes del viaje diferentes itinerarios y consultamos los enlaces para llegar a los destinos deseados, que en el caso de poblaciones más pequeñas tenía mucho de partida de ‘Tetris’. Una vez desenredada la maraña y como no disponíamos de portátil ni conexión a internet, sacamos en papel los horarios elegidos y luego los cotejábamos ‘in situ’ en la estación. ¡¡¡Podía haber sido peor!!!



Los 'Altos Tatras' están perfectamente comunicados a través de un eficaz servicio de trenes.

Por otra parte, el punto malaje del personal se compensa con el rigor horario del transporte público. Un ejemplo: Si un autobús, con más de dos horas de recorrido, pronostica su llegada al destino a las 09:27 h, difícilmente llegará a 26’ ó a 28’, sino en el minuto exacto. Esta escrupulosa exactitud nos da qué pensar y nos invita, nuevamente, a elucubrar teorías ‘ligeritas’ sobre la resaca estalinista.

Por último, si Poprad, recomendable punto para moverse por la zona, es vuestro campamento base, el hotel Tatra resulta una opción inmejorable. Se encuentra literalmente al lado de las estaciones de trenes y bus, está bien de precio y ofrece un servicio estándar. Además, tiene un gigantesco supermercado ‘Billa’ a 200 metros, lo que también suma puntos.

Más información sobre Eslovaquia:

. Bratislava en un día 
. Garganta del Dujanec
. Eslovaquia, el pequeño gran país (Grupo en Facebook)